Que estas buscando?

lunes, 11 de agosto de 2008

¿Cómo manejar los trastornos del aprendizaje?

 
Los trastornos del aprendizaje son una de las causas de bajo rendimiento en el colegio y se manifiestan como dificultades que presentan algunos niños para adquirir o manejar los conocimientos entregados en la etapa escolar. Generalmente, estos problemas se presentan en el área de la lectura, escritura o en cálculo, por ejemplo, matemáticas. Pueden afectar a cualquier niño, independientemente de su inteligencia o capacidad y aparecer en cualquier momento de su historia escolar.

La incidencia de estos trastornos es muy variable. Se estima que afectan a alrededor del 15 % de la población infantil en edad escolar y su intensidad también es muy variable, ya que a veces sólo se manifiesta ante exigencias ambientales demasiado altas para el niño.

Teniendo en cuenta esta realidad, Clínica Dávila realizará una charla gratuita titulada "¿Cómo manejar los trastornos del aprendizaje?", el jueves 26 de junio a las 18 horas en el auditorio del recinto. En la oportunidad la neuróloga Carolina Álvarez abordará las causas de bajo rendimiento escolar y las señales de alerta para sospechar alguna alteración en el aprendizaje.

Algunos trastornos como la dislexia, afectan a niños con una inteligencia normal que no presentan problemas sensoriales ni emocionales grave, pero que no logran aprender con los métodos tradicionales. En estos casos la doctora Carolina Álvarez aconseja que en caso de detectar algún síntoma es importante tomar algunas medidas como conocer los puntos fuertes de los hijos, pues los niños con trastornos de aprendizaje a menudo son muy inteligentes, poseen capacidad de liderazgo o sobresalen en música, artes, deportes u otras áreas creativas; reunirse con sus profesores para conocer el rendimiento y la actitud del niño; observar su capacidad para el estudio y hacer las tareas; pedir a los educadores una evaluación completa y así poder detectar tanto las deficiencias como las destrezas del niño.

La especialista agrega que las manifestaciones clínicas que mostrará el niño dependerán del tipo de funciones neurológicas que se desarrollen más lentamente. Por ejemplo, los niños portadores del síndrome de déficit atencional - hiperactividad presentan una combinación de dificultades en la atención selectiva, control de impulsos, control emocional y control del grado de actividad motora, lo que se manifestará como una dificultad importante del niño para adecuar su conducta a las exigencias de su medio ambiente.
Tomado de www.lasegunda.com

Los miedos que alimentan la anorgasmia

 

 * Falsas ideas que impiden llegar al orgasmo
De la misma forma que uno de los problemas más frecuentes en materia de sexo por parte del sector masculino es la dificultad para mantener una erección, en las mujeres la anorgasmia se lleva el premio a uno de los mayores obstáculos para tener una sexualidad plena. Y es que no son pocas las mujeres que no acuden a la consulta de un sexólogo, aunque lo padezcan, por temor, vergüenza o mero desconocimiento del tema. De hecho, tener relaciones sexuales sin llegar al clímax se ha convertido para ellas en la norma universal, y algunas se han resignado pasivamente a renunciar a ello de por vida. Otras lo viven con gran ansiedad, obsesionándose y haciendo de ello una preocupación permanente dentro y fuera de la cama.

Entre las ideas distorsionadas que sostienen en torno al tema hallamos algunas tales como:

* "Si no soy capaz de tener un orgasmo es porque estoy mal hecha, me falta algo, no soy una mujer normal".

Evidentemente una primera exploración a nivel ginecológico es fundamental para descartar cualquier alteración orgánica que pudiera estar explicando el problema. Pero una vez que el médico confirma que físicamente se encuentra bien, la protagonista ha de saber que el porcentaje mayoritario de situaciones de anorgasmia se deben a problemas psicológicos, de pareja, o a creencias irracionales y miedos acerca de la sexualidad, que por cierto tienen solución. Aunque sea la mujer la que manifieste dificultad para llegar al orgasmo, la responsabilidad ha de estar repartida en los dos miembros de la pareja, pues muchas veces mejorando la comunicación y variando el tipo de estimulación se contribuye a resolverlo.

* "Sin un orgasmo el sexo no es completamente satisfactorio. Tengo que conseguirlo pase lo que pase".

Esto es completamente falso, pues el placer no es algo que surja de forma dicotómica en términos de todo o nada, sino que comprende una serie de grados intermedios, de los cuales se pueden obtener gratas experiencias. El hecho de compartir un momento de intimidad con la pareja, dar y recibir caricias, besarse, poner en marcha todos y cada uno de los sentidos, estimularse no sólo los genitales sino la piel, etc., es más que placentero por sí mismo. El viaje del sexo merece la pena ser vivido como un proceso, no como un destino prefijado llamado orgasmo al que hay que llegar a toda costa. Es más, si la meta se convierte en una obligación, los viajeros pueden sentirse tan presionados y tensos que acaban bloqueándose incluso antes de comenzar la aventura.

* "Esto es una señal de que nuestra relación está acabada"

Si la relación de pareja está deteriorada, eso también se trasladará a los momentos de intimidad sexual. Si ha habido discusiones, críticas destructivas y conflictos de forma reiterada, puede ocurrir que se vaya al encuentro sexual con ansiedad, con pensamientos recurrentes acerca de lo que incomoda del otro, etc., y como es fácil de entender, acabar boicoteándose a sí misma, sin poder disfrutar. Sin embargo, no siempre que hay un problema sexual tiene que haber una relación de pareja insana, ambas cosas pueden darse juntas y por separado, y no ser una necesariamente la causante de mitos anorgasmia IIla otra.

* "Tal vez sea la edad, cuando se es mayor estás cosas pasan"

Con la edad y los cambios hormonales asociados a la menopausia algunas mujeres, que no todas, (y en distinto grado) pueden experimentar cambios en su sexualidad: disminución de la lubricación vaginal y menor deseo, nada que no pueda compensarse con lubricantes vaginales, terapias hormonales o sexológicas. Pero hemos de dejar claro que menopausia no es sinónimo de anorgasmia ni de cese de la vida sexual. La dificultad para llegar al clímax es algo que puede experimentar cualquier persona sea hombre, mujer o tenga una edad u otra.

* "Hay mujeres como yo que no son tan fogosas, y eso hace que no podamos llegar al orgasmo".

Es importante separar el hipodeseo sexual de la anorgasmia. Una cosa es tener poca motivación o ganas de mantener relaciones, y otra muy distinta es mostrar dificultad para alcanzar el orgasmo, ambas circunstancias pueden concurrir o darse por separado, pues responden a dos trastornos distintos. Es posible hallar mujeres a quienes les cuesta llegar a la cima sexual de forma reiterada y persistente, pero pueden tener libido, sentir excitación y disfrutar del sexo.

* "Tengo que resignarme y fingir si acaso".

Esta frase refleja una actitud pasiva que imposibilita el cambiar la situación. Simular un orgasmo, como comentábamos en un artículo anterior, no sólo acrecienta el problema sino que puede llegar a convertirse en "la mentira piadosa" que tapa la insatisfacción de una mujer que termina sintiendo aversión o rechazo por su compañero sexual.

Todos estos pensamientos alejados de la realidad contribuyen en gran manera a mantener el problema, alimentándolo de miedos y pasividad. En un principio, algo que ayuda es pensar que, aunque el orgasmo no es el único fin al que van destinados todos los encuentros sexuales, es algo deseable, saludable y posible. Para ello es conveniente que previamente la mujer aprenda a explorar su propio cuerpo, conocer el tipo de estimulación y las zonas erógenas propias que más le facilitan la excitación y el placer. Otro aspecto relevante es aprender a comunicarse sexualmente con su pareja sin inhibiciones. Muchas mujeres se privan a sí mismas de llegar al clímax porque sienten reparos a la hora de autoesimularse el clítoris durante el coito por lo que pueda pensar su compañero. Otras no se atreven a buscar posturas (ella encima) que puedan favorecer la estimulación clitoriana y la obtención del orgasmo, por miedo a que su pareja le diga "no". Es decir, que gran parte de los casos de anorgamia femenina podrían resolverse fácilmente si la mujer se relajara y fuera capaz de expresar sus preferencias sexuales.

 

De frigidez a frigidez

 

  Este es un tema complejo, con muchas posibles causas y diagnósticos, que pueden ser subjetivos; el hombre puede contribuir a remediar esta disfunción
Hasta hace algunos años, la frigidez era un tema al que nos e tenía mucho acceso. Había que ser médico, psicólogo o tener a estos profesionales de la salud entre su círculo cercano de amigos, para poder tener alguna información al respecto. Afortunadamente la Internet ha sido una fuente de conocimiento en este tema y, más recientemente, los programas de sexo de la televisión. Si no era por estas vías, la frigidez era desconocida por el hombre hasta que no se topara con una mujer que la padeciera. Pero, esa escena debe ser harto complicada para el hombre que aún no tiene claro el tema de la existencia de la frigidez femenina o que no sabe distinguir entre los tipos de ésta o, peor aún, que no sabe que pueda existir. Es evidente que si un hombre hace todo lo correcto durante la tensión sexual, y la mujer no da respuestas, aunque sea reflejas, el sentimiento de culpa recae sobre él, asumiendo que hay algún sentimiento de por medio en aquella relación.

Principalmente, podemos hablar de dos tipos de frigidez. La primera de ellas se presenta como un escenario en que la mujer, pese a ser estimulada por el hombre, no es capaz de generar una respuesta sexual efectiva y proporcional a los estímulos recibidos. La respuesta en este escenario puede ser mínima o ser nula de plano y ni siquiera poder obtener una lubricación natural y adecuada de su vagina. El segundo escenario se presentaría para una mujer que es estimulada sexualmente de manera correcta y ella responde a estos estímulos de manera proporcional, tienen una adecuada lubricación de la vagina pero es incapaz de poder alcanzar el orgasmo. Incluso algunos sexólogos, refieren que, en este segundo escenario, las mujeres pueden alcanzar el orgasmo pero lo experimentan con gran dificultad y de manera muy esporádica.

También se habla del primer escenario, haciendo referencia a que estas mujeres pueden tener deseos y anhelos de hacer el amor pero no consiguen obtener respuestas sexuales adecuadas en forma de recepción y emisión de estímulos. Al hacer estas consideraciones, también habría que incluir a la mujer que nunca ha tenido placer sexual con ninguna persona ni en ninguna situación y que por tanto son indiferentes al erotismo.

Para terminar de complicar la figura, también debemos traer a escenario los distintos tipos de orgasmo que puede llegar a experimentar la mujer. Se habla de un orgasmo a nivel vaginal exclusivamente, inducido por el mero hecho de la penetración, pero también se habla del orgasmo a nivel clítoris, obtenido muy rara vez por la mera penetración y que requiere de una estimulación directa y casi siempre manual de este diminuto órgano. Incluso se habla en niveles más profundos, y no sólo físicos, como lo puede ser a nivel de la zona pubiana, sino a nivel psico-espiritual. Como vemos, el tema no es nada fácil de administrar.

Lo que es claro, es que el orgasmo brilla por su ausencia en estos casos. Se ha logrado cierto consenso en referirse a este tema como la anorgasmia de la mujer, independiente del tema de las causas que lo afectan. Este término se refiere a una disfunción ya sea cualitativa o cuantitativa de una función orgánica. Si hablamos de porcentajes, veremos que alrededor de un 30 % de las mujeres pueden alcanzar el orgasmo sin que haya habido una estimulación directa al clítoris, es decir sólo con la penetración.

Por otra parte, existe un 50 % de mujeres que necesitan la presencia de estimulación directa del clítoris para alcanzar el orgasmo. El otro 20 % haría referencia al sentido estricto de la palabra frigidez. De ese porcentaje, un 10 % no experimentan el orgasmo de ninguna manera y el otro 10 % no alcanzan el orgasmo con un compañero determinado. En cuanto a las causas de la frigidez, pues muchos factores se suman desde los planos físicos hasta los planos mentales. Una "simple" diabetes o hipotiroidismo se podría traducir en un mal irrigo de sangre hacia la zona genital, bloqueando los estímulos y las respuestas o podría tratarse de una compleja situación familiar, sembrada en la niñez temprana y cosechada en la edad adulta, o una combinación de estos factores y más.

Ciertamente, la mujer que no es capaz de advertir el origen del problema, debe solicitar ayuda profesional ya sea fisiológica o psicológica. Es ella misma, con la ayuda de este soporte profesional la que dará el gran salto para la resolución del problema. En definitiva, sería un error muy grave, enmascarar la situación con orgasmos fingidos. Por su parte, el hombre también tiene que hacer su parte y comunicarse mucho con la pareja, no solo en la cama sino en su vida diaria. No solo buscar su satisfacción personal sino la de la pareja como conjunto.